El titanio es adecuado para aplicaciones que requieren un alto rendimiento y una calidad estable.
Dichas aplicaciones incluyen la fabricación de equipos de haz de electrones para la desinfección, vulcanización y diversos usos industriales de alimentos; diseño y construcción de vehículos aeroespaciales; aplicaciones relacionadas con la energía, como paneles solares, componentes de altavoces y carcasas de dispositivos médicos.